IMBERBES, CRÍTICA Y DATOS

Esta es la crítica de La Nación, firmada por Pablo Gorlero que apareció el viernes 15de octubre. A continuación, otros datos y otras críticas.

Imberbes , de Bernardo Carey. Intérpretes: Leonardo Azamor, Carlos Silva, Eugenia Carraro, Melody Llarens, Pablo Cerri, Gabriel Fernández, Daniel Roncoli y Jorge Lozada. Dirección: Jorge Graciosi. Vestuario y escenografía: Lucio Tirao y María Vidal.Música original: Malena Graciosi. Asistencia de dirección: Adriana Bonanni. Sábados, a las 20, y domingos, a las 18, en el Teatro del Pueblo, Roque Sáenz Peña 943. Duración: 70 minutos.
Nuestra opinón: buena
Para los caminadores de librerías, es frustrante cuando un vendedor no entiende sobre lo que está vendiendo. Para aquellos toquetones de empolvados libros joya de las múltiples librerías porteñas, el hálito literario que las habitaba años atrás ya no es el mismo. Algo se lo llevó. Bernardo Carey atrapó ese imaginario desde su vivencia y situó su historia en una librería de la avenida Santa Fe, entre 1963 y 1978. Por allí hace circular a personajes intelectuales de la época, que beben sociología, política, literatura y, sobre todo, ideología. Pero esa bebida, en esa época, envenena. Y, de a poco, el número de concurrentes a ese palacio de letras irá mermando. Aunque las ideologías bebidas sean distintas, siempre serán consideradas radicales, peligrosas.
La comunión entre autor y director es lo mejor de esta propuesta. La dramaturgia de Carey es tan sensible como cruda y, a través de su montaje, Jorge Graciosi logra que el espectador sostenga esas dos sensaciones casi en forma constante. Hay momentos de sonrisas, instantes de reflexión, pero es imposible no salir con un nudo en el estómago. El director conduce al espectador de la mano, desde la puerta de la amabilidad y el entusiasmo hasta una salida donde las sensaciones de miedo y desprotección inundan la sala.
Imberbes está representada por un elenco algo heterogéneo que, con registros distintos y niveles desiguales, no siempre marcha acorde con la propuesta de Graciosi y Carey.
Como protagonista de esta historia, Leonardo Azamor gana en los momentos de desenlace, sobre todo en el contrapunto que sostiene con Gabriel Fernández. Este actor realiza una composición sutil y exacta de un personaje tan misterioso como turbio y perturbador. Por su parte, Daniel Roncoli vuelve a demostrar su ductilidad y dominio escénico; Pablo Cerri hace creíbles a sus criaturas tan opuestas, y Jorge Lozada hace un interesante retrato de la desprotección del sabio.
A la buena ambientación de Tirao y Vidal, se suma la música incidental de Malena Graciosi como gran aporte al espectáculo.

Estamos en el mítico Teatro Del Pueblo con esta pieza de Bernardo Carey que transita una historia reciente y no por ello asible con profundidad, con dolor, con contundencia sin desdeñar ni al amor ni al humor. Las funciones son los sábados a las 20 y los domingos a las 18.30.
Esta es la ficha del espectáculo. Elenco:LEONARDO AZAMOR,EUGENIA CARRARO,PABLO CERRI
GABRIEL FERNANDEZ,JORGE LOZADA, MELODY LLARENS,DANIEL RONCOLI,CARLOS SILVA
DIRECCIÓN: JORGE GRACIOSI.
Diseño de Iluminación: Lautaro.Escenografía y Vestuario: María Vidal – Lucio Tirao
Música original y efectos: Malena Graciosi.Prensa: Alicia Accinelli. Fotografía: Gianni Mestichelli.Producción Ejecutiva: Rubén Sibilia. Asistente de Dirección: Adriana Bonanni.
Teatro del Pueblo
Av. Roque S. Peña 943 - Capital Federal - Reservas al 4326-3606
Tengo entradas 2x1. Cualquier cosa me avisan.
Dijo el autor sobre la dramaturgia de Imberbes.
Hay un imaginario libresco que nos persigue a los libreros aunque, como yo, hayan dejado de serlo hace ya muchos años. Intenté plasmar ese imaginario a manera de cenáculo, de reunión grata en la que las ideas se intercambiarían con cierta cortesía y hasta con cordialidad. Un coloquio. Un convivio. Un banquete entre justos que harían chisporrotear diálogos agudos, inteligentes, de sapienza medular. Pero esa no es la obra que hoy van a presenciar. Esa obra no apareció. En mis planes estaba “mi” librería, yo mismo, mi amigo Rubén, pero en el punto de arranque mismo, al comenzar la historia, el recuento de imágenes, aparecieron otros libreros, otra narración, otra estructura dramática. No estaba Rubén. Tampoco yo…Tampoco… Tampoco… La cosa adquirió la cruel corporeidad de la época: 1964 a 1978. Época de utopías y fracasos. De violencia y ternura. Es bueno, pensé, dejarse también llevar por lo indeterminado, por el azar, aunque en la evocación queden jirones de carne.
Esta es una de las críticas, la de Teatros Argentinos.
En el Teatro Del Pueblo, Av. Roque Saenz Peña 943, tuvimos oportunidad de ver "Imberbes" de Bernardo Carey.
La historia se inicia en 1964 y transcurre en una librería de la Avenida Santa Fé.
La librería abre sus puertas con las expectativas de éxito que conllevan las inauguraciones. Allí están Don Elías, el dueño (Carlos Silva), David (Leonardo Azamor) quien concurre al lugar para postularse al puesto de encargado, empleados y clientes varios que formarán parte de este "mundo literario".
David comienza a trabajar a partir de ese momento y conocerá allí a Jorgito, en una destacada interpretación de Pablo Cerri; y a Beatriz (Melody Llarens) con quien mantendrá una relación más allá de lo laboral y también de su matrimonio con Marilú (Eugenia Carraro). David se define a sí mismo como anarquista, también es un hombre común que vive su vida dentro de la librería y ve pasar ante sus ojos la realidad de un país que le duele como le duele su propia vida.
Entre los clientes que concurren asiduamente se encuentran Pereyra, interpretado por Daniel Roncoli quien pinta impecablemente a este político de la época; oportunista y simpaticón, que aprovecha con cintura política los vaivenes de la realidad social.
También visitan el lugar Gerardi, un intelectual muy bien representado por Jorge Lozada, y el señor Rosato, en una notable actuación de Gabriel Fernández, quien nos muestra un personaje con matices varios al que Fernandez les saca lustre.
Por último, ante la ausencia de Jorgito, ingresará a la librería para reemplazarlo Beto, encarnado por Pablo Cerri, quien interpreta a ambos y se luce en sus dos criaturas.
La obra transcurre entre 1964 y 1978 y cuenta la realidad del país, en una época difícil, donde los hechos se sucedían vertiginosamente y la realidad social amanecía distinta cada día. Es un acierto del autor mostrar estos hechos sin juzgar, plasmando las vivencias de los distintos personajes y sus diferentes reacciones ante los cambios que se sucedían constantemente. Las vidas de estos seres son aquí el reflejo de una sociedad abatida por la violencia, la crueldad y la incertidumbre. Todos los personajes son encarnados desde el texto con la misma importancia y protagonismo, haciendo que cada participación tenga valor individual y grupalmente.
Hay una escena notable dentro de la obra, que protagonizan Don Elías y el señor Rosato. Es uno de los puntos más altos del texto y tanto Silva como Fernández se lucen aquí. Carlos Silva construye a Don Elías de manera impecable y a pesar de sus breves apariciones, su actuación es brillante. En esta escena, Silva conmueve, moviliza al espectador mostrando su dolor y sus dudas en un instante memorable.
El conjunto actoral es muy bueno y aquí se nota la mano del director, Jorge Graciosi, quien lleva adelante esta puesta con la experiencia y sabiduría de quien tiene muchos años de oficio. Graciosi hace de esta puesta un producto notable.
La correctísima escenografía y vestuario están a cargo de María Vidal y Lucio Tirao. La prensa es de Alicia Accinelli.
Desde la caída de Illia, pasando por el Cordobazo, las utopías, los gobiernos de facto, las ideologías, "Imberbes" resulta un espectáculo altamente recomendable, con un excelente texto, una dirección impecable y grandes actuaciones.

Otra opinión.
Excelente dramaturgia de Bernardo Carey magnificamente dirigida por Jorge Graciosi. Conmueven las historias de estos personajes intelectuales del Barrio Norte porteño entre 1963 y 1978. Epoca de grandes contradicciones. La obra refleja la antinomia Eros y Thanatos, amor y odio, libertad y autoritarismo. Utopias y fracasos, violencia y ternura parecen dos caras de la misma moneda.
Brillante trabajo de todos los actores, se muestran consustanciados con el espiritu de la propuesta.
Que bueno que el Bicentenario ayude a pensar y repensar el pais .
Alejandro Liberman, "Coffee Break", radio FM JAI.