sábado, 22 de mayo de 2010

CARTA A LOS DE LA PEREZA IRREDUCTIBLE

Mis muy afamados analistas de la realidad tangencial.Con el mayor de mis respetos.Envío una sola misiva con innumerables copias pues como ustedes tienen la peregrina virtud de pensar todos con la misma neurona, única, ínclita y colectiva, facilitaré el contacto.Ustedes, mis buenos señores, mis sesudas damas y mis punzantes caballeros, se mueven privilegiando el efecto bola de nieve.Podrían trabajar todos con una misma agenda, un ordenador y una isla de edición que multiplique tapes. Sin que las caiga una idea, no son épocas para tirar nada, se uniforman y hacen todos lo mismo: dan la misma versión de los hechos, distorsionada en las mismas alucinaciones cosmopolitas; apelan al mismo temario; van por la vida como sonámbulos sin activar la inteligencia; nadie cambia su oferta; presentan todos el mismo informe especial; y hasta calcan los furtivos análisis superficiales.En estos últimos días, mis enviciados de modorra, mis perezozos irreductibles, han comenzado a decir que las variopintas insinuaciones artísticas en pantalla de Ricardo Fort y sus penosos litigios verbales y faranduleros con y contra Matías Alé, son una remake de Titanes en el Ring. Parecen Titanes en el Ring, enfatizan con voz en cuello mientras desde la consola el operador gasta la inequívoca marcha.Se ponen en su boca el nombre Karadagián y sin mensurarlo ni darle a esta entidad una lectura un poco más sagaz ridiculizan el recuerdo de El Caballero Rojo, desvirtúan los malos oficios del gordo bueno de William Boo y expolián los músculos apáticos de químicos del Ancho Rubén Peucelle.Estos comentaristas sin creatividad, en serie, suponen que Titanes es La Momia apócrifa, paupérrima y berreta que se empecina en perpetrar Oscar Demelli en islas freak.Estos lenguaraces básicos y elementales se meten con la reserva infantil y tiran de la cuerda, burlándose de una República improbable de invadir con una historia que excede a cualquier patotero instigado que con guión lamentable y una impudicia vergonzosa, enfermos de aparecer, ponen la cabeza en la ridícula guillotina pública de un Rey Midas que hace parecer oro joyas de La Salada.Estas peleas que dan vergüenza ajena y que son festejadas por una cohorte de tilingos cómplice y pusilánime que trabaja de público y le ha tirado la capacidad de perseguir los sueños y la excelencia a los chanchos, nada tiene que ver con Titanes en el Ring.Aquella maravillosa ficción deportiva donde las fricciones no podía maquillarse y donde personajes consustanciados y sin fisuras luchaban en pos de mantener viva una ilusión con enseñanzas de regla de tres simples.Mis muy selectos explicadores de la nada, peregrinos de la procesión de los cuerpos sin cabeza, autómatas enfáticos, sigan su derrotero pero por favor: ¡dejen mi candor en paz!Patada voladora al corazón y un ósculo sentimental en Cadena Nacional para sus reflejos dormidos.

ROBERTO E'PÍSTOLA Luchando con las palabras, un día cualquiera, sin titánicas pretensiones.


(esta es una de las misivas que Roberto publicara en un blog que ya es una botella arrojada al mar, el 16 de diciembre de 2009)

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