martes, 25 de mayo de 2010

CURIOSIDADES MUNDIALISTAS

Jules Rimet no se dio el gusto de comprobar cuanta habilidad poseía el wing chino Ju Che Kin. La selección de aquel país, clasificada por sorteo para jugar el Mundial del '30, fue el primer plantel en abordar un avión de pasajeros dada la distancia que había de Pekín a Montevideo.
La precaria aeronave contaba con 33 plazas y como ellos entre jugadores, dirigentes y allegados eran 34, Ju Che Kin que hizo los trámites de embarque para todos, se ofreció generosamente para volar del otro lado del fuselaje. Entendía que al ocupar en la cancha el lugar de ala (como se denominaba entonces a los extremos) y por venir de una familia de kamikazes, podía tranquilamente soportar el vuelo colgado.
Todo venía de maravillas hasta que al pasar por Portugal le comenzó a picar traicioneramente una axila. Sus compañeros lo encontraron a los veinte días pegado en un techo en la localidad española de Salamanca.
Dado el impacto del accidente, así, como estaban, los chinos retornaron a su país sin presentarse. Su lugar, lo ocupó el local, Uruguay, equipo que no se había logrado clasificar para la Copa y que dada la precariedad reglamentaria y el peso que ofreció como local, presentó en varios partidos catorce jugadores.
Pasado el luto, llegaron los homenajes. Los uruguayos campeones, en gratitud a los sobrevivientes de la tragedia que le posibilitaron el lauro, comenzaron a decirse entre ellos "los 33 orientales" mientras que en todos los aeropuertos del mundo, al trámite de embarcación, se lo empezó a conocer como Che Kin en un merecido tributo para el valeroso wing (ala) que el mundo se privó de conocer.

Romualdo Filkenstein
El Pregón de Elortondo.

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