El arquero de Mozambique, Marcos Sorongo, acredita un magnífico récord. Ocupó en el período 1958-1963 la valla de la Selección de su país y no atajó jamás alguna pelota que haya ido al arco -tampoco ninguna de las que pasaron por sus adyacencias-.La extraordinaria proeza, nunca un balón siquiera le pegó de casualidad y salió, determina que le hayan marcado 1.164 goles en 65 encuentros. Los más agradecidos, los portugueses: ante tamaña adversidad, Eusebio decidió prescindir de su pasión por la colonia -algunos creen que tampoco era afecto al perfume- y pasó a enrolarse a las fuerzas lusitanas. Al retirarse, recibió una plaqueta de la FIFA, entregada por Alfredo Di Stéfano y el Divino Zamora en una ceremonia emocionante. La inscripción de la placa rezaba "A este hombre que le permitió a cualquier chichipío cumplir el sueño de marcar un gol. Sorongo, enemigo del cero, salú".
Romualdo Filkenstein
El Pregón de Elortondo
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