Ante algunas insinuaciones imperativas, abandono cierto pudor (estúpido) y comparto cosas que tienen que ver con algunos de los libros que me editaron. Más precisamente estos textos de otros hablan de Instrucciones para embellecer el domingo, Resaca de potrero y Canilleras en el alma -un gratísimo punto de encuentro con el Negro Fontanarrosa-.
Un amigo que no logró determinar exactamente de quién se trata, tuvo la fina gentileza de enviarme un reportaje que me hicieron a finales de 2005 por la salida de mi libro Instrucciones para embellecer el domingo con una serie de críticas y comentarios posteriores referidos a la misma publicación. No tenía este material así, todo junto, como salió editado, según creo en una publicación de difusión literaria.
-¿Por qué decidiste escribir "Instrucciones..."?
-Desde el punto de vista morfológico, por una gestión incesante y elogiable para un vago como yo, de mi amigo, el editor Jorge Nielsen. Quien ya hace varias temporadas que me viene invitando a escribir en su editorial. El espíritu del libro tiene que ver con cuentas pendientes.Por un lado, el homenaje a dioses módicos, paganos, y en pantalones cortos, incluidos aquellos que sólo he visto jugar en mi imaginario, con quiénes me sentía en deuda sentimental. También para recuperar
algunos paraísos perdidos y porque como de a poco -testarudo el hombre-me voy haciendo a la idea que ya no seré un ídolo del fútbol, ni siquiera un jugador de Primera, extiendo los límites del juego a jugar de otra manera, escribiendo sobre fútbol.
-¿Cuándo empezaste a escribir el libro? ¿Cuándo lo terminaste?
-Si bien reconstruí algunos textos que ya tenía, unos pocos e incluí un puñadito muy pequeño que estaban perdidos en cuadernos caóticos y desprolijos, el grueso de la obra fue concebido entre julio y noviembre de 2005. Nielsen me invitó a escribir sobre otras cosas y un día, después de hacer en el teatro dos funciones de Taxi, en la madrugada de un domingo de julio, asistí a una fiesta. Planché como loco y de vuelta a casa se me ocurrió de la nada el título. Ese día comencé a elaborar éste proyecto. Se lo comenté a Nielsen que esperaba otro tipo de contenido pero me alentó porque interpretó que para una editorial que elaboró tan buenos contenidos sobre cultura popular, un libro de fútbol no era algo -vaya paradoja- que se diera de patadas con su catálogo. Todo lo contrario.
-Un picado de cuentos, relatos, poemas, semblanzas y acuarelas de fútbol. Cuentos, relatos, poemas se entiende. Pero ¿qué son semblanzas y acuarelas?
-Las semblanzas son los perfiles de los jugadores de fútbol. En su mayoría, el 90% están encabezados con el nombre y apellido del jugador en una volanta. Cuento rasgos salientes de su personalidad y su juego a partir de hechos determinados, características, anécdotas. Es un viejo género de la familia de la biografía pero mucho más acotado y no necesariamente abarcativo de toda la carrera. Un retrato. En cuanto a las acuarelas, yo le llamé así a textos elaborados a partir de frases cortas que pintan
un personaje, que apresan un momento puntual, que son explosiones, manchones de colores motivados por una emoción. Son textos más breves en algunos casos con respiración y ritmo. En otros narraciones sin otra aspiración que detener el tiempo en un hito de mi memoria sensorial.
-Del título (Embellecer) se desprende a un lírico del fútbol. ¿No hay espacio para un Hacha Bravo Navarro, un Aguirre Suárez, un Pasucci, un Mauro Laspada?
-Sí que lo hay. Los antagonistas son imprescindibles para contar cualquier historia. Las reales y las de ficción. Lo de embellecer tiene que ver con el concepto superador que contempla hiatos y subgéneros. De hecho, en el cuento Figurita difícil uno de los personajes sostiene que sin el conocimiento del tronco, del burrazo, del jugador rústico, sería imposible distinguir a los cracks, a los habilidosos, a los estetas. Le
dedico un poema a El Vasco Olarticochea. Y Roberto Perfumo arriesga en una definición que utilicé en su semblanza que "detrás de un jugador que pega siempre se esconde un buen tipo". Y este libro rescata a los buenos tipos, a los nobles, a los de la poética del esfuerzo más allá del enojo de Eber Ludueña, a mi juicio infundado.
-En algún reportaje te escuché hablar de ciertos códigos masculinos.¿Qué es eso?
-El fútbol es un reservorio del universo masculino, de lo varonil. El compañerismo, la lealtad, el dejar la vida por otro, ser generoso y acceder a dar un pase cuando uno llega a posición de gol, jugar en
equipo, son todas cosas que los hombres ponemos de manifiesto y aprendemos dentro de una cancha. En este caso, a partir de la literatura, yo cuento historias en que muestro distintas facetas de los
hombres, no sólo aquellas propias del futbolista, sino también cuestiones en derredor de los dominios de la pelota en que hablo del hombre vulnerable, enamorado, perdedor, triunfante en cuotas, apasionado, litúrgico, soñador... Yo creo, modestamente, que cualquier mujer que se atreva a leer el libro va a saber un poco más de nosotros.
-Algunos sostienen que la historia de una escalera puede sintetizar la historia de una ciudad. ¿Con el fútbol y la Argentina sucede algo similar?
-El fútbol es muy gráfico para pintar la aldea del hombre. Que en él encontramos paralelismos y símbolos para todo. Yendo a lo específico de tu pregunta, entiendo que nuestra esencia, aún la más jodida, puede encontrar analogías con el hecho futbolístico. El partido Argentina-Inglaterra del Mundial '86 es un ejemplo grosero y manifiesto: el gol de Maradona con la mano -visto desapasionadamente- obedece a nuestra idiosincrasia más retorcida e inmunda, la piolada barata, tratar de sacar ventajas como sea, la chantada... el segundo es la posiblidad de expresión que tenemos, nuestra capacidad, nuestra inteligencia, nuestra abundancia, la demostración lisa y cabal de que,
cuando queremos, el genio individual está por encima de cualquier recurso bastardo. Para que nadie me mate y porque también lo conjeturo, como esa apilada de Diego no puede valer uno, aunque yo hubiese anulado el primero, de todos modos, le hubiésemos ganado a los ingleses 2-1.
-¿Está de moda la literatura futbolística?
-Creo que no, que en todo caso había una necesidad y una carencia. Históricamente hubo gente que escribió de fútbol, poca pero hubo. Aquello que Roberto Santoro identificó como literatura de la pelota con su poemario tiene una línea media de lujo instalada desde hace unos cuantos años en el núcleo más selecto de la literatura argentina:Roberto Fontanarrosa, Osvaldo Soriano y Juan Sasturain. Más algunos
otros hombres de punta de estilo extremadamente pulcro y arranques imparables como pueden ser Alejandro Dolina y el uruguayo Eduardo Galeano. Ultimamente, en consonancia con el espacio que ocupa el hecho futbolístico en nuestra agenda y en nuestro sentimiento, más gente se largó a cumplir con esa demanda rompiendo, tal vez, algún prurito del género literario. De Sacheri a Scher podríamos trazar un abanico amplio de muy buenos escritores con este juego como eje y musa. No lo considero una moda porque no creo que sea algo ni oportunista ni perecedero.
-¿Por qué el fútbol es un buen tema para un escritor?
-Porque tiene esa cualidad de espejo que ya hablamos, nos podemos ver representados en las historias de fútbol y, básicamente, porque el fútbol reúne una serie de elementos atractivos para elaborar cualquierhistoria: pasión, amor, odio, fracaso, triunfo, cielo, infierno, emoción, lealtades, traiciones, regionalismos, antagonismos, pasado,memoria, héroes, villanos... Todo.
-¿Cuánto de ficción tiene "Instrucciones..."?
-Diría que un 60% aunque no es una cosa taxativa. Algunas historias de ficción toman prestados pequeños condimentos de la realidad actual o de mi inventario personal mientras que algunas crónicas o descripciones absolutamente verídicas se oxigenan con un pequeño pulmón suministrado por mi imaginario.
-¿Cuenta historias reales personales?
-No es una biografía, claro, pero para mí fue un hecho emotivo y no intelectual -no al menos consciente- realizar este libro porque me sirvió para reconocerme. Primero, porque me reencontré con muchas
vivencias. Varios relatos que cuento en primera persona o en los que aparezco yo como jugador de la Liga de Cañuelas, obedecen a hechos que ocurrieron. Cuando hablo de algunos jugadores de fútbol reconocidos o no tanto, apelo a lo que ellos me generaron a mí, cómo los vi, los recuerdo ver o los imaginé jugar. En muchos tramos volví a tutearme con gente instalada en mi corazón como amigos de la infancia, mi viejo que perdí en el umbral de la adolescencia u objetos entrañables como las figuritas de fútbol -con las que decidimos ilustrar el libro junto a Jorge Nielsen y el diseñador Mario de Mendoza-. Y en menor medida, porque expreso libremente mi pensamiento. No es un ideario pero también pude en este libro expresar mi filosofía en relación a lo que pienso del juego y de lo que lo envuelve. Como verán, es un libro de múltiples texturas, algo ecléctico, pero concebido así arbitraria y premeditadamente. Por eso en él, pueden tirar paredes Rojitas y Agüero, Carlovich y Maradona,
Ermindo Onega y Tévez, Mario Kempes y Messi o mezclarse ídolos de todas las banderas, cosa que me encanta y me pone orgulloso.
Primeras repercusiones, críticas, comentarios sobre
INSTRUCCIONES PARA EMBELLECER EL DOMINGO
Luis Pedro Toni, entre otras virtudes distinguido hincha de Platense, nos envió especialmente sus conceptos sobre el libro de Roncoli.
Dicen los que lo escucharon que habló efusivamente en los ciclos de
Radio Diez donde interviene.
"Gracias vieja", dice en la pelota de bronce que Alfredo Di Stéfano, muchos dicen que fue el más grande..., tiene en la puerta de su casa de Madrid, la misma pelota con tiento que dolía al cabecearla si te tocaba hacerlo sobre ese cordón...
Con esa buena imagen comienza el libro de Daniel, muy positivo para los que vimos mucho futbol, décadas antes que apareciera Maradona... Lo importante de este libro que hace un mix entre poesía, por ende literatura y persecución del cuero inflado... es que no se encierra entre River y Boca, sino que baja hasta los clubes de la D, y otros amateurismos, u otras estrellas que fueron magos del balompié, aquellos maradonas, anteriores al Diego, porque 20 años antes que apareciera el Diez, hubo varios casi-maradonas, pero como había tantos, cuando surgió él, tras el vacío, se notó mundialmente su presencia, realmente supertalentosa.
Un mérito de la obra de Roncoli por exaltar el futbol por el futbol mismo, con sus protagonistas muchas veces ignorados, y no por el negocio que implica esa actividad, que como tal es la negación del ocio
que es diversión artística.
Mientras conducía El colectivo por Radio Rivadavia, en Mar del Plata el Pato Galván también daba sus plácemes.
"Es un libro muy necesario. No puedo dejar de leerlo. Habla de cosas que muchos dan por perdidas y yo creo que éste es un aporte fundamental para que eso no suceda. La poesía del fútbol. Hay páginas que me parecen increíbles, lo que dicen, lo que rescatan... Como el poema "La nuca de Dios", por ejemplo".
Diego Pérez, otro renombrado hincha de Platense, actor, uno de los conductores de Despertate de una vez.
"Estoy enloquecido con el libro, por una cuestión de ansiedad empecé leyendo lo más cortito. Me parece genial. Ya leí como diez veces el poema "Carrilero de Play station" que me parece un hallazgo absoluto.
El cuento que se me dedica "Bonita jogo bonito" es una joya, lo leo, lo releo, y siempre lloro... Los textos Merlo, de Alonso, de Bulla me parecieron lindísimos. También el de Parodi, el jugador de Cañuelas,
creo que es una cosa de locos. Tiene mucho sentimiento. Por una cuestión de pasión maradoneana todos los textos de Diego, los poemas y el de Giacobetti me conmueven. "Oda de los que marcan en zona" es una barbaridad, en fin, todo, soy hincha del libro. Creo que va a ser un éxito porque la gente que lo lea se va a enganchar y como lo hago yo, lo recomendará y lo regalará a amigos".
Elías Perugino, secretario de redacción de El Gráfico:
"Ya empecé a leer algunas cosas. Me divirtió muchísimo el cuento "Fabricante de estrellados". "De Sabinas y Palermos" me pareció buenísimo, muy bien resuelto, muy creativo. También me encantó el
cuento "El suplente de Lódico". Me emocionó el poema de Houseman, "Tango del siete loco". Está redondito y gracioso también el cuento "La aprendiz de Yoko Ono". No he tenido tiempo de meterme a fondo pero todo lo que leí me gustó mucho incluidos los textos de solapas, los dos me parecieron muy lindos, la autopresentación del autor y lo que escribe la pelota Pulpo. El prólogo, la presentación del autor, el cierre a cargo de Valdano. Por ahora, sin desperdicios".
Omar Capacci, actor rosarino, líder del grupo Keine Soneto:
"Como hincha de Central Córdoba, cuando vi el libro me morí. Que se le dedique ese texto tan emotivo a Carlovich, nuestro ídolo, para mí fue un canto al fútbol, un acto de amor que me sacudió. También me gustó que en la contratapa, ninguna foto fuera de Boca ni de River. Empecé a leer varios textos y cuentos y me parecen muy emotivos y divertidísimos".
Claudio Morgado, actor, músico y en cualquier momento diputado de la Nación:
"Leí algunos cuentos y mi primera impresión es que el libro está muy bueno. Me encantó, es desopilante, el cuento "El jugador que sabía demasiado". Y me pareció bellísimo, perfecto, el cuento "Marca
personal". Me atrevo a decir que es un gran cuento. Es con lo primero que me metí a fondo".
Alejandro Apo, periodista deportivo, congrega multitudes en sus espectáculos que combinan poesía y fútbol. Coautor del prólogo, dijo esto en su programa Con afecto, por Radio Continental, después de
entrevistar durante diez minutos a Roncoli: "Tiene un título impactante, bellísimo. Y es un libro magnífico,
entrañable. Va a convertirse en un guión de nuestro programa porque iremos robándole mucho material ya que tiene de todo. Hermosos cuentos, atrapantes. Como "El jugador que sabía demasiado" basado en una anécdota real de Diego Maradona, el primero que compartiré con la audiencia de "Con afecto" y que realmente es bello. Le tengo muchas ganas al poema "La cancha de Bochini", está buenísimo... Creo que se va a convertir en un clásico de nuestro programa. En cualquier momento lo leo. Un texto que está buenísimo como el de Giacobetti, también referido a Maradona. Y perfiles de jugadores de fútbol que a mí me pueden, son mi debilidad. Están todos los míos: Sacchi, Rojitas, Perfumo, Passarella, Fillol, Errea, Carlovich, Rattín, el Beto Márcico, todos los que a mí me gustaron y me gustan. Daniel me dedicó un poema que es una genialidad absoluta referido a Caniggia, "Claudio Paul Lepera", pero lo que él no sabe es que me dedicó sin hacerlo otro texto. "El fútbol desciende del Mono", su recuerdo de Obberti, me golpeó duro porque el Mono fue, es y será mi gran ídolo. Veo la figurita de Obberti que Daniel incluyó en la contratapa y puedo decir con orgullo, a ésta la tengo".
Víctor Hugo Morales no necesita presentación. Otro de los autores del prólogo, dijo esto en Competencia por Radio Continental:
"Es un libro impresionante, que conmueve. Ya desde el título con esa cosa Cortazeana, invita. Es un título de una belleza absoluta. Y los textos tienen un nivel increíble, una sensibilidad, una imaginación que
impacta. Con todo el respeto que Daniel merece debo decir que me sorprendió su condición poética. Yo no sabía que este tan buen actor, este joven que alguna vez también se destacó cuando hizo trabajos
periodísticos, podía escribir poemas de tal profundidad y con semejante vuelo. Lo felicito y sin lugar a dudas este es un motivo más de encuentro porque este libro revela su calidez y aunque no nos
frecuentemos siempre, a distancia, por estas calidades humanas y su respeto, Daniel es un amigo entrañable".
Guillermo "Macu" Mazzuca en su programa de canal 9 que conduce con
Verónica Varano:
"Es un libro apasionante. Tiene la capacidad enganchar, entretener y emocionar. Me divierten muchos algunos relatos y a la vez me pegan en lo más profundo de la emoción. Un capítulo aparte para los textos racinguistas: Sacchi, Corbatta, Ruben Paz, el Vasco Olarticoechea, Perfumo, Fillol, uno más lindo que el otro".
A Norberto Chab, egregio representante de la hinchada de All Boys, y en sus ratos libres editor de la revista Hombre, el libro le inspiró dos poemas:
El libro de la buena memoria
Las figus, Sportlandia y los recreos,
si no hay Pulpo, una media o la chapita,
la Spica, Enzo Ardigó, la calesita,
y el domingo ravioles o fideos.
El Alumni, graciajosémaría,
el Toddy, el Anteojito, Horacio Aiello,
a la izquierda de su pantalla se va al cielo,
a la derecha los tanques de Onganía.
Alerta Curcu, las bolitas, el Di Tella,
el Gasómetro y hasta la escarapela,
hoy juegan la reserva y la tercera.
y Roncoli nos lleva de la mano
al recuerdo, querido y tan lejano.
Es la nostalgia, que ya no es lo que era.
Tomála vos, dámela a mí
Para los que tienen prosapia futbolera,
para los de la bandera, vincha, gorro y papelito,
para los que no entienden un domingo sin grito,
para los que aun sueñan con jugar en primera.
Para los que orinan en las escaleras,
para los que trepan a los paraavalanchas,
para los que viven pensando en la revancha
para los que nunca ven Fútbol de Primera.
Para los desvestidos del invierno,
para los malvenidos al infierno,
para los que leen las camisetas.
Para ellos, que ven fútbol como un arte.
Roncoli les dedica este estandarte.
De zurda también se puede ser poeta.
LA TASACION AFECTIVA
por Beto Casella
Salud, Roncoli. Bienvenida esta justa reparación histórica que agradecemos los hinchas que le compramos caramelos a Chuenga; que conocimos los pantaloncitos bicolor de Boca y River; que mirábamos fijo a la Spica cuando el Gordo Muñoz gritaba "córner número"; que conocimos
los números de la camiseta en cuero, que nuestra vieja cosía invariablemente chingados. Todos los suplementos deportivos conmemoran los aniversarios de los seleccionados campeones, la Máquina, aquel
Huracán de Menotti, las proezas de Bochini-Bertoni, el River de Labruna, el Boca de Lorenzo. Alguien, finalmente, tenía que rendir este demorado homenaje a Llamarada Eresuma, el Muñeco Madurga o el Mono Obberti. Alguien tenía que dedicarle una líneas evocativas, de una vez por todas, al Chiva Di Meola, Pedrito Coronel y el Flaco Errea. Lo tuyo es generoso, Daniel: como el centrodelantero que, en lugar de salir festejando su gol mostrando su tatuaje o golpeándose el pecho, sale disparado señalando al puntero derecho que se mandó una apilada y se la dejó para que él sólo tenga que empujarla.
A lo tuyo no le importa el resultado, Daniel. Por eso, te cagaste en la chilaverística consigna: "ese no ganó nada". Si no, ¿quién hubiera dedicado un párrafo a Bulla, Recio y Osvaldo Pérez? Lo tuyo es preciso, Daniel: era hora que alguien consignara sin error que el botín del Ratón Ayala en la propaganda era Interminable, y no Fulvence ni Sacachispas, como se empeñan en asegurar algunos memoriosos de café. (A propósito: ¿cómo se llamaba el gallego que le alcanzaba la ginebra al Loco Gatti en la propaganda de Bols, la del "smowing".)
Lo tuyo es un acto de justicia, Daniel. Para estos gladiadores sin prensa y para nosotros, los Hinchas del Fútbol. Los que añoramos el olor del aceite verde; los que, hoy, detenemos el zapping si vemos 22
tipos corriendo, sea la liga inglesa o Italiano-Morón; los que nos paramos a ver un picado al costado de la General Paz y, si se les escapa la pelota y viene hacia nosotros, la devolvemos con un chanfle
tan perfecto que nos hace pensar que todavía estamos para entrar un rato.
Los Hinchas del Fútbol --sobre todo los de más de 40-- podemos recitar
como una oración patria equipos enteros. Como si fueran canciones o poemas, tenemos grabados nombres en seguidilla, a saber: Picerni, Berta y Zanabria. Bóveda, Cabral y Kempes. Comisso, López, Sá y Pavoni. Benítez, Trobbiani y Potente. Pedro González, Morete y Más.
Tarareamos textualmente y sin errores los jingles de los entretiempos: "Proveeduría deportiva tiene de todo, todo, todo, para el deporte...Proveeduría deportiva. Caza, pesca, motonáutica, fútbol, básquet,
camping". "El Martes es el día del deporteeee, porque en cada rincón de la Argentina, El Gráfico en el quiosco de la esquinaaaaa, El Gráfico se juega su verdad."
Podemos relacionar perfectamente el cantito de una hinchada con el autor que inspiró la obra. Por ejemplo: "Ooooh, millonario; oooh, millonario es el campeón", era una de Sabú. "No, no te vayas campeón, ooooh no, quiero verte otra vez" era una de Marcelo Dupré, un muchacho que cantaba a los saltitos en Domingos estudiantiles. "Movete, Boca, movete, movete, dejá de joder", era una del grupo Safari (Estoy hecho un demonio, se llamaba). "Muchas veces fui preso y muchas veces lloré por vos", era de la Joven Guardia. "Salta, salta, salta, pequeña langosta, en este campeonato no hay olor
a bosta" o "Salta, salta, salta, pequeño canguro, que hoy a la gallina le rompemo el culo" era de Rubén Mattos. "Vamo, vamo, la acadeeee, hoy te vinimo a alentar" era una de Roque Narvaja.
"Ya se acerca nochebuena, ya se acerca navidad" estaba inspirada en La sonrisa de mamá, de Palito Ortega. "Qué alegría, qué alegría, ole, olé, olá, vamos Rojo todavía" era de Johny Tolengo.
Los Hinchas del Fútbol podríamos armar una selección ideal de todos los tiempos que le podría hacer partido, tranquilamente, a una en la que jueguen Maradona, Bochini, Alonso, Passarella y Marzolini. ¿A quién pondríamos? Anotá: Fenoy en el arco. Pernía, Troncoso, Paulino y Daniel Killer, en el fondo Colombatti,Asad, Salinas, en el medio Chaparro, Whebe y Gottardi, arriba. ¿Qué tal?
Los Hinchas el Fútbol nos jactamos de que tu libro sólo pudo ser parido
en un país como la Argentina. ¿Dónde más? ¿En Brasil? No se dedican a la evocación, dedicados como están a festejar todo el tiempo. ¿Alemania? Ellos jamás inmortalizarían una palomita. ¿Italia? El único
de la historia que merecería un libro sería Giancarlo Antognoni, un atorrante que nació en el país equivocado.
Los Hinchas del Fútbol, Daniel, conocemos del valor afectivo. Para nuestro mercado de pases --y para tu libro-- Daniel Willington tiene la misma tasación que Messi; el Polaco Semenewicz, lo mismo que
Mascherano; el Tano Frassoldati, igual que Sorín. Todos ellos, estén o no en tus páginas, permanecen para siempre en un viejo póster, en la Spica o en las figuritas con las que jugábamos al chupi.
Un amigo que no logró determinar exactamente de quién se trata, tuvo la fina gentileza de enviarme un reportaje que me hicieron a finales de 2005 por la salida de mi libro Instrucciones para embellecer el domingo con una serie de críticas y comentarios posteriores referidos a la misma publicación. No tenía este material así, todo junto, como salió editado, según creo en una publicación de difusión literaria.
-¿Por qué decidiste escribir "Instrucciones..."?
-Desde el punto de vista morfológico, por una gestión incesante y elogiable para un vago como yo, de mi amigo, el editor Jorge Nielsen. Quien ya hace varias temporadas que me viene invitando a escribir en su editorial. El espíritu del libro tiene que ver con cuentas pendientes.Por un lado, el homenaje a dioses módicos, paganos, y en pantalones cortos, incluidos aquellos que sólo he visto jugar en mi imaginario, con quiénes me sentía en deuda sentimental. También para recuperar
algunos paraísos perdidos y porque como de a poco -testarudo el hombre-me voy haciendo a la idea que ya no seré un ídolo del fútbol, ni siquiera un jugador de Primera, extiendo los límites del juego a jugar de otra manera, escribiendo sobre fútbol.
-¿Cuándo empezaste a escribir el libro? ¿Cuándo lo terminaste?
-Si bien reconstruí algunos textos que ya tenía, unos pocos e incluí un puñadito muy pequeño que estaban perdidos en cuadernos caóticos y desprolijos, el grueso de la obra fue concebido entre julio y noviembre de 2005. Nielsen me invitó a escribir sobre otras cosas y un día, después de hacer en el teatro dos funciones de Taxi, en la madrugada de un domingo de julio, asistí a una fiesta. Planché como loco y de vuelta a casa se me ocurrió de la nada el título. Ese día comencé a elaborar éste proyecto. Se lo comenté a Nielsen que esperaba otro tipo de contenido pero me alentó porque interpretó que para una editorial que elaboró tan buenos contenidos sobre cultura popular, un libro de fútbol no era algo -vaya paradoja- que se diera de patadas con su catálogo. Todo lo contrario.
-Un picado de cuentos, relatos, poemas, semblanzas y acuarelas de fútbol. Cuentos, relatos, poemas se entiende. Pero ¿qué son semblanzas y acuarelas?
-Las semblanzas son los perfiles de los jugadores de fútbol. En su mayoría, el 90% están encabezados con el nombre y apellido del jugador en una volanta. Cuento rasgos salientes de su personalidad y su juego a partir de hechos determinados, características, anécdotas. Es un viejo género de la familia de la biografía pero mucho más acotado y no necesariamente abarcativo de toda la carrera. Un retrato. En cuanto a las acuarelas, yo le llamé así a textos elaborados a partir de frases cortas que pintan
un personaje, que apresan un momento puntual, que son explosiones, manchones de colores motivados por una emoción. Son textos más breves en algunos casos con respiración y ritmo. En otros narraciones sin otra aspiración que detener el tiempo en un hito de mi memoria sensorial.
-Del título (Embellecer) se desprende a un lírico del fútbol. ¿No hay espacio para un Hacha Bravo Navarro, un Aguirre Suárez, un Pasucci, un Mauro Laspada?
-Sí que lo hay. Los antagonistas son imprescindibles para contar cualquier historia. Las reales y las de ficción. Lo de embellecer tiene que ver con el concepto superador que contempla hiatos y subgéneros. De hecho, en el cuento Figurita difícil uno de los personajes sostiene que sin el conocimiento del tronco, del burrazo, del jugador rústico, sería imposible distinguir a los cracks, a los habilidosos, a los estetas. Le
dedico un poema a El Vasco Olarticochea. Y Roberto Perfumo arriesga en una definición que utilicé en su semblanza que "detrás de un jugador que pega siempre se esconde un buen tipo". Y este libro rescata a los buenos tipos, a los nobles, a los de la poética del esfuerzo más allá del enojo de Eber Ludueña, a mi juicio infundado.
-En algún reportaje te escuché hablar de ciertos códigos masculinos.¿Qué es eso?
-El fútbol es un reservorio del universo masculino, de lo varonil. El compañerismo, la lealtad, el dejar la vida por otro, ser generoso y acceder a dar un pase cuando uno llega a posición de gol, jugar en
equipo, son todas cosas que los hombres ponemos de manifiesto y aprendemos dentro de una cancha. En este caso, a partir de la literatura, yo cuento historias en que muestro distintas facetas de los
hombres, no sólo aquellas propias del futbolista, sino también cuestiones en derredor de los dominios de la pelota en que hablo del hombre vulnerable, enamorado, perdedor, triunfante en cuotas, apasionado, litúrgico, soñador... Yo creo, modestamente, que cualquier mujer que se atreva a leer el libro va a saber un poco más de nosotros.
-Algunos sostienen que la historia de una escalera puede sintetizar la historia de una ciudad. ¿Con el fútbol y la Argentina sucede algo similar?
-El fútbol es muy gráfico para pintar la aldea del hombre. Que en él encontramos paralelismos y símbolos para todo. Yendo a lo específico de tu pregunta, entiendo que nuestra esencia, aún la más jodida, puede encontrar analogías con el hecho futbolístico. El partido Argentina-Inglaterra del Mundial '86 es un ejemplo grosero y manifiesto: el gol de Maradona con la mano -visto desapasionadamente- obedece a nuestra idiosincrasia más retorcida e inmunda, la piolada barata, tratar de sacar ventajas como sea, la chantada... el segundo es la posiblidad de expresión que tenemos, nuestra capacidad, nuestra inteligencia, nuestra abundancia, la demostración lisa y cabal de que,
cuando queremos, el genio individual está por encima de cualquier recurso bastardo. Para que nadie me mate y porque también lo conjeturo, como esa apilada de Diego no puede valer uno, aunque yo hubiese anulado el primero, de todos modos, le hubiésemos ganado a los ingleses 2-1.
-¿Está de moda la literatura futbolística?
-Creo que no, que en todo caso había una necesidad y una carencia. Históricamente hubo gente que escribió de fútbol, poca pero hubo. Aquello que Roberto Santoro identificó como literatura de la pelota con su poemario tiene una línea media de lujo instalada desde hace unos cuantos años en el núcleo más selecto de la literatura argentina:Roberto Fontanarrosa, Osvaldo Soriano y Juan Sasturain. Más algunos
otros hombres de punta de estilo extremadamente pulcro y arranques imparables como pueden ser Alejandro Dolina y el uruguayo Eduardo Galeano. Ultimamente, en consonancia con el espacio que ocupa el hecho futbolístico en nuestra agenda y en nuestro sentimiento, más gente se largó a cumplir con esa demanda rompiendo, tal vez, algún prurito del género literario. De Sacheri a Scher podríamos trazar un abanico amplio de muy buenos escritores con este juego como eje y musa. No lo considero una moda porque no creo que sea algo ni oportunista ni perecedero.
-¿Por qué el fútbol es un buen tema para un escritor?
-Porque tiene esa cualidad de espejo que ya hablamos, nos podemos ver representados en las historias de fútbol y, básicamente, porque el fútbol reúne una serie de elementos atractivos para elaborar cualquierhistoria: pasión, amor, odio, fracaso, triunfo, cielo, infierno, emoción, lealtades, traiciones, regionalismos, antagonismos, pasado,memoria, héroes, villanos... Todo.
-¿Cuánto de ficción tiene "Instrucciones..."?
-Diría que un 60% aunque no es una cosa taxativa. Algunas historias de ficción toman prestados pequeños condimentos de la realidad actual o de mi inventario personal mientras que algunas crónicas o descripciones absolutamente verídicas se oxigenan con un pequeño pulmón suministrado por mi imaginario.
-¿Cuenta historias reales personales?
-No es una biografía, claro, pero para mí fue un hecho emotivo y no intelectual -no al menos consciente- realizar este libro porque me sirvió para reconocerme. Primero, porque me reencontré con muchas
vivencias. Varios relatos que cuento en primera persona o en los que aparezco yo como jugador de la Liga de Cañuelas, obedecen a hechos que ocurrieron. Cuando hablo de algunos jugadores de fútbol reconocidos o no tanto, apelo a lo que ellos me generaron a mí, cómo los vi, los recuerdo ver o los imaginé jugar. En muchos tramos volví a tutearme con gente instalada en mi corazón como amigos de la infancia, mi viejo que perdí en el umbral de la adolescencia u objetos entrañables como las figuritas de fútbol -con las que decidimos ilustrar el libro junto a Jorge Nielsen y el diseñador Mario de Mendoza-. Y en menor medida, porque expreso libremente mi pensamiento. No es un ideario pero también pude en este libro expresar mi filosofía en relación a lo que pienso del juego y de lo que lo envuelve. Como verán, es un libro de múltiples texturas, algo ecléctico, pero concebido así arbitraria y premeditadamente. Por eso en él, pueden tirar paredes Rojitas y Agüero, Carlovich y Maradona,
Ermindo Onega y Tévez, Mario Kempes y Messi o mezclarse ídolos de todas las banderas, cosa que me encanta y me pone orgulloso.
Primeras repercusiones, críticas, comentarios sobre
INSTRUCCIONES PARA EMBELLECER EL DOMINGO
Luis Pedro Toni, entre otras virtudes distinguido hincha de Platense, nos envió especialmente sus conceptos sobre el libro de Roncoli.
Dicen los que lo escucharon que habló efusivamente en los ciclos de
Radio Diez donde interviene.
"Gracias vieja", dice en la pelota de bronce que Alfredo Di Stéfano, muchos dicen que fue el más grande..., tiene en la puerta de su casa de Madrid, la misma pelota con tiento que dolía al cabecearla si te tocaba hacerlo sobre ese cordón...
Con esa buena imagen comienza el libro de Daniel, muy positivo para los que vimos mucho futbol, décadas antes que apareciera Maradona... Lo importante de este libro que hace un mix entre poesía, por ende literatura y persecución del cuero inflado... es que no se encierra entre River y Boca, sino que baja hasta los clubes de la D, y otros amateurismos, u otras estrellas que fueron magos del balompié, aquellos maradonas, anteriores al Diego, porque 20 años antes que apareciera el Diez, hubo varios casi-maradonas, pero como había tantos, cuando surgió él, tras el vacío, se notó mundialmente su presencia, realmente supertalentosa.
Un mérito de la obra de Roncoli por exaltar el futbol por el futbol mismo, con sus protagonistas muchas veces ignorados, y no por el negocio que implica esa actividad, que como tal es la negación del ocio
que es diversión artística.
Mientras conducía El colectivo por Radio Rivadavia, en Mar del Plata el Pato Galván también daba sus plácemes.
"Es un libro muy necesario. No puedo dejar de leerlo. Habla de cosas que muchos dan por perdidas y yo creo que éste es un aporte fundamental para que eso no suceda. La poesía del fútbol. Hay páginas que me parecen increíbles, lo que dicen, lo que rescatan... Como el poema "La nuca de Dios", por ejemplo".
Diego Pérez, otro renombrado hincha de Platense, actor, uno de los conductores de Despertate de una vez.
"Estoy enloquecido con el libro, por una cuestión de ansiedad empecé leyendo lo más cortito. Me parece genial. Ya leí como diez veces el poema "Carrilero de Play station" que me parece un hallazgo absoluto.
El cuento que se me dedica "Bonita jogo bonito" es una joya, lo leo, lo releo, y siempre lloro... Los textos Merlo, de Alonso, de Bulla me parecieron lindísimos. También el de Parodi, el jugador de Cañuelas,
creo que es una cosa de locos. Tiene mucho sentimiento. Por una cuestión de pasión maradoneana todos los textos de Diego, los poemas y el de Giacobetti me conmueven. "Oda de los que marcan en zona" es una barbaridad, en fin, todo, soy hincha del libro. Creo que va a ser un éxito porque la gente que lo lea se va a enganchar y como lo hago yo, lo recomendará y lo regalará a amigos".
Elías Perugino, secretario de redacción de El Gráfico:
"Ya empecé a leer algunas cosas. Me divirtió muchísimo el cuento "Fabricante de estrellados". "De Sabinas y Palermos" me pareció buenísimo, muy bien resuelto, muy creativo. También me encantó el
cuento "El suplente de Lódico". Me emocionó el poema de Houseman, "Tango del siete loco". Está redondito y gracioso también el cuento "La aprendiz de Yoko Ono". No he tenido tiempo de meterme a fondo pero todo lo que leí me gustó mucho incluidos los textos de solapas, los dos me parecieron muy lindos, la autopresentación del autor y lo que escribe la pelota Pulpo. El prólogo, la presentación del autor, el cierre a cargo de Valdano. Por ahora, sin desperdicios".
Omar Capacci, actor rosarino, líder del grupo Keine Soneto:
"Como hincha de Central Córdoba, cuando vi el libro me morí. Que se le dedique ese texto tan emotivo a Carlovich, nuestro ídolo, para mí fue un canto al fútbol, un acto de amor que me sacudió. También me gustó que en la contratapa, ninguna foto fuera de Boca ni de River. Empecé a leer varios textos y cuentos y me parecen muy emotivos y divertidísimos".
Claudio Morgado, actor, músico y en cualquier momento diputado de la Nación:
"Leí algunos cuentos y mi primera impresión es que el libro está muy bueno. Me encantó, es desopilante, el cuento "El jugador que sabía demasiado". Y me pareció bellísimo, perfecto, el cuento "Marca
personal". Me atrevo a decir que es un gran cuento. Es con lo primero que me metí a fondo".
Alejandro Apo, periodista deportivo, congrega multitudes en sus espectáculos que combinan poesía y fútbol. Coautor del prólogo, dijo esto en su programa Con afecto, por Radio Continental, después de
entrevistar durante diez minutos a Roncoli: "Tiene un título impactante, bellísimo. Y es un libro magnífico,
entrañable. Va a convertirse en un guión de nuestro programa porque iremos robándole mucho material ya que tiene de todo. Hermosos cuentos, atrapantes. Como "El jugador que sabía demasiado" basado en una anécdota real de Diego Maradona, el primero que compartiré con la audiencia de "Con afecto" y que realmente es bello. Le tengo muchas ganas al poema "La cancha de Bochini", está buenísimo... Creo que se va a convertir en un clásico de nuestro programa. En cualquier momento lo leo. Un texto que está buenísimo como el de Giacobetti, también referido a Maradona. Y perfiles de jugadores de fútbol que a mí me pueden, son mi debilidad. Están todos los míos: Sacchi, Rojitas, Perfumo, Passarella, Fillol, Errea, Carlovich, Rattín, el Beto Márcico, todos los que a mí me gustaron y me gustan. Daniel me dedicó un poema que es una genialidad absoluta referido a Caniggia, "Claudio Paul Lepera", pero lo que él no sabe es que me dedicó sin hacerlo otro texto. "El fútbol desciende del Mono", su recuerdo de Obberti, me golpeó duro porque el Mono fue, es y será mi gran ídolo. Veo la figurita de Obberti que Daniel incluyó en la contratapa y puedo decir con orgullo, a ésta la tengo".
Víctor Hugo Morales no necesita presentación. Otro de los autores del prólogo, dijo esto en Competencia por Radio Continental:
"Es un libro impresionante, que conmueve. Ya desde el título con esa cosa Cortazeana, invita. Es un título de una belleza absoluta. Y los textos tienen un nivel increíble, una sensibilidad, una imaginación que
impacta. Con todo el respeto que Daniel merece debo decir que me sorprendió su condición poética. Yo no sabía que este tan buen actor, este joven que alguna vez también se destacó cuando hizo trabajos
periodísticos, podía escribir poemas de tal profundidad y con semejante vuelo. Lo felicito y sin lugar a dudas este es un motivo más de encuentro porque este libro revela su calidez y aunque no nos
frecuentemos siempre, a distancia, por estas calidades humanas y su respeto, Daniel es un amigo entrañable".
Guillermo "Macu" Mazzuca en su programa de canal 9 que conduce con
Verónica Varano:
"Es un libro apasionante. Tiene la capacidad enganchar, entretener y emocionar. Me divierten muchos algunos relatos y a la vez me pegan en lo más profundo de la emoción. Un capítulo aparte para los textos racinguistas: Sacchi, Corbatta, Ruben Paz, el Vasco Olarticoechea, Perfumo, Fillol, uno más lindo que el otro".
A Norberto Chab, egregio representante de la hinchada de All Boys, y en sus ratos libres editor de la revista Hombre, el libro le inspiró dos poemas:
El libro de la buena memoria
Las figus, Sportlandia y los recreos,
si no hay Pulpo, una media o la chapita,
la Spica, Enzo Ardigó, la calesita,
y el domingo ravioles o fideos.
El Alumni, graciajosémaría,
el Toddy, el Anteojito, Horacio Aiello,
a la izquierda de su pantalla se va al cielo,
a la derecha los tanques de Onganía.
Alerta Curcu, las bolitas, el Di Tella,
el Gasómetro y hasta la escarapela,
hoy juegan la reserva y la tercera.
y Roncoli nos lleva de la mano
al recuerdo, querido y tan lejano.
Es la nostalgia, que ya no es lo que era.
Tomála vos, dámela a mí
Para los que tienen prosapia futbolera,
para los de la bandera, vincha, gorro y papelito,
para los que no entienden un domingo sin grito,
para los que aun sueñan con jugar en primera.
Para los que orinan en las escaleras,
para los que trepan a los paraavalanchas,
para los que viven pensando en la revancha
para los que nunca ven Fútbol de Primera.
Para los desvestidos del invierno,
para los malvenidos al infierno,
para los que leen las camisetas.
Para ellos, que ven fútbol como un arte.
Roncoli les dedica este estandarte.
De zurda también se puede ser poeta.
LA TASACION AFECTIVA
por Beto Casella
Salud, Roncoli. Bienvenida esta justa reparación histórica que agradecemos los hinchas que le compramos caramelos a Chuenga; que conocimos los pantaloncitos bicolor de Boca y River; que mirábamos fijo a la Spica cuando el Gordo Muñoz gritaba "córner número"; que conocimos
los números de la camiseta en cuero, que nuestra vieja cosía invariablemente chingados. Todos los suplementos deportivos conmemoran los aniversarios de los seleccionados campeones, la Máquina, aquel
Huracán de Menotti, las proezas de Bochini-Bertoni, el River de Labruna, el Boca de Lorenzo. Alguien, finalmente, tenía que rendir este demorado homenaje a Llamarada Eresuma, el Muñeco Madurga o el Mono Obberti. Alguien tenía que dedicarle una líneas evocativas, de una vez por todas, al Chiva Di Meola, Pedrito Coronel y el Flaco Errea. Lo tuyo es generoso, Daniel: como el centrodelantero que, en lugar de salir festejando su gol mostrando su tatuaje o golpeándose el pecho, sale disparado señalando al puntero derecho que se mandó una apilada y se la dejó para que él sólo tenga que empujarla.
A lo tuyo no le importa el resultado, Daniel. Por eso, te cagaste en la chilaverística consigna: "ese no ganó nada". Si no, ¿quién hubiera dedicado un párrafo a Bulla, Recio y Osvaldo Pérez? Lo tuyo es preciso, Daniel: era hora que alguien consignara sin error que el botín del Ratón Ayala en la propaganda era Interminable, y no Fulvence ni Sacachispas, como se empeñan en asegurar algunos memoriosos de café. (A propósito: ¿cómo se llamaba el gallego que le alcanzaba la ginebra al Loco Gatti en la propaganda de Bols, la del "smowing".)
Lo tuyo es un acto de justicia, Daniel. Para estos gladiadores sin prensa y para nosotros, los Hinchas del Fútbol. Los que añoramos el olor del aceite verde; los que, hoy, detenemos el zapping si vemos 22
tipos corriendo, sea la liga inglesa o Italiano-Morón; los que nos paramos a ver un picado al costado de la General Paz y, si se les escapa la pelota y viene hacia nosotros, la devolvemos con un chanfle
tan perfecto que nos hace pensar que todavía estamos para entrar un rato.
Los Hinchas del Fútbol --sobre todo los de más de 40-- podemos recitar
como una oración patria equipos enteros. Como si fueran canciones o poemas, tenemos grabados nombres en seguidilla, a saber: Picerni, Berta y Zanabria. Bóveda, Cabral y Kempes. Comisso, López, Sá y Pavoni. Benítez, Trobbiani y Potente. Pedro González, Morete y Más.
Tarareamos textualmente y sin errores los jingles de los entretiempos: "Proveeduría deportiva tiene de todo, todo, todo, para el deporte...Proveeduría deportiva. Caza, pesca, motonáutica, fútbol, básquet,
camping". "El Martes es el día del deporteeee, porque en cada rincón de la Argentina, El Gráfico en el quiosco de la esquinaaaaa, El Gráfico se juega su verdad."
Podemos relacionar perfectamente el cantito de una hinchada con el autor que inspiró la obra. Por ejemplo: "Ooooh, millonario; oooh, millonario es el campeón", era una de Sabú. "No, no te vayas campeón, ooooh no, quiero verte otra vez" era una de Marcelo Dupré, un muchacho que cantaba a los saltitos en Domingos estudiantiles. "Movete, Boca, movete, movete, dejá de joder", era una del grupo Safari (Estoy hecho un demonio, se llamaba). "Muchas veces fui preso y muchas veces lloré por vos", era de la Joven Guardia. "Salta, salta, salta, pequeña langosta, en este campeonato no hay olor
a bosta" o "Salta, salta, salta, pequeño canguro, que hoy a la gallina le rompemo el culo" era de Rubén Mattos. "Vamo, vamo, la acadeeee, hoy te vinimo a alentar" era una de Roque Narvaja.
"Ya se acerca nochebuena, ya se acerca navidad" estaba inspirada en La sonrisa de mamá, de Palito Ortega. "Qué alegría, qué alegría, ole, olé, olá, vamos Rojo todavía" era de Johny Tolengo.
Los Hinchas del Fútbol podríamos armar una selección ideal de todos los tiempos que le podría hacer partido, tranquilamente, a una en la que jueguen Maradona, Bochini, Alonso, Passarella y Marzolini. ¿A quién pondríamos? Anotá: Fenoy en el arco. Pernía, Troncoso, Paulino y Daniel Killer, en el fondo Colombatti,Asad, Salinas, en el medio Chaparro, Whebe y Gottardi, arriba. ¿Qué tal?
Los Hinchas el Fútbol nos jactamos de que tu libro sólo pudo ser parido
en un país como la Argentina. ¿Dónde más? ¿En Brasil? No se dedican a la evocación, dedicados como están a festejar todo el tiempo. ¿Alemania? Ellos jamás inmortalizarían una palomita. ¿Italia? El único
de la historia que merecería un libro sería Giancarlo Antognoni, un atorrante que nació en el país equivocado.
Los Hinchas del Fútbol, Daniel, conocemos del valor afectivo. Para nuestro mercado de pases --y para tu libro-- Daniel Willington tiene la misma tasación que Messi; el Polaco Semenewicz, lo mismo que
Mascherano; el Tano Frassoldati, igual que Sorín. Todos ellos, estén o no en tus páginas, permanecen para siempre en un viejo póster, en la Spica o en las figuritas con las que jugábamos al chupi.
Son cosas que comentaron en distintos ámbitos y medio y supieron recopilar amigos y Ediciones del Jilguero para sus boletines.
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