jueves, 15 de julio de 2010

VERSO PREDESTINADO

sección existencialismo y retazos del alma



Inquietante luz
sus ojos despabilados
relámpago aún

La concertista de haikus olvidó su esquela
no precisé salir de la penumbra para redimir sus palabras,
ese verso simple
ese verso gato
se leía en la noche sin necesidad de lumbre
ni de pasado.

Resonó en mis manos como una granada,
para mí
por cierto
tenía un latir propio
testicular,
inmaculado.

Pero presumo que el hombre sin baliza,
el caminante
el curioso
y el buscador de pepitas de sentimiento
podrían haberlo leído de la misma forma
en otra oscuridad y también sentirlo destinado.

Me quedé en silencio, trepado al estribo tremendo de la noche
y pese a que tapé el papelito con la palma de mi mano,
por el río de una arruga
trascendió una luz inquietante.
Eran sus dos ojos despabilados mirándome desde el amor que alguna vez creyó tenerme,
mientras un relámpago recorrió la habitación buscándola.

(2009)

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