Como suele pasar y ha pasado millones de veces, el favorito resbala en la miel de los comentarios cargados de buenos presagios. Sufrió el vértigo de ser candidato y con esa responsabilidad en las alforjas intentó siempre sin cristalizar nada de lo imaginado.
En sintonía con Argentina '82, su caudal técnico, su título a cuestas y las certezas tempranas de Maradona, en aquel debut contra Bélgica, la España elogiada cayó ante Suiza por uno a cero. Puede tomarse esa referencia entre muchas que asoman en la memoria.
La ex Furia tuvo la poseción de la pelota en el primero pero no encontró inspiración, en el segundo levantó el nivel y ciertamente pudo haber empatado, y hasta ganado, pero los helvéticos como ha sucedido con todos los que se han reconocido inferiores en el certamen, se defendió sin apelar a artilugios indignos. Se abroqueló prolijamente, con rigor táctico, con un planteo inabordable, con un sobrio arquero como Benaglio. Dentro de esa idea acorde al material disponible-disminuido por la deserción de Frei-no postergó la vía del contragolpe. En uno de ellos, extraño, tras el aprovechamiento de una pelota profunda y varias dudas, choques e imprecisiones españolas, uno de los chocolates suizos, el africano Gelson Fernandez, rubricó el resultado que a muchos soprendió -la televisión luego nos indicó la posición fuera de juego del moreno que sólo tenía a Piqué por detrás-.
España intentó por diferentes caminos pero la desesperación fue degradando su estilo y un remate imponente de Xavi Alonso que hizo temblar el arco de los blancos se convirtió en la emoción más prístina aunque bien pudo caer por una diferencia más amplia cuando Derdiyok, a fuerza de quiebres y fintas, con un remate de revés, hizo que la Jabulani besara uno de los postes de la valla de Casilla.
Dijo Jorge Rinaldi en la twistósfera.
Suiza hizo lo que pudo. Mucho orden y disciplina. Y en ningún momento, tuvo juego brusco. Ganó y le puso pimienta al grupo. España sigue teniendo el crédito pero que no le queda margen de error. Puede influir en los dos partidos que le restan.
Acotó Juan Pablo Varsky con un tweet.
Ningún equipo salió campeón tras perder su primer partido. Tres llegaron a la final: Alemania en el 82, Argentina en el 90, Italia en el 94.
En sintonía con Argentina '82, su caudal técnico, su título a cuestas y las certezas tempranas de Maradona, en aquel debut contra Bélgica, la España elogiada cayó ante Suiza por uno a cero. Puede tomarse esa referencia entre muchas que asoman en la memoria.
La ex Furia tuvo la poseción de la pelota en el primero pero no encontró inspiración, en el segundo levantó el nivel y ciertamente pudo haber empatado, y hasta ganado, pero los helvéticos como ha sucedido con todos los que se han reconocido inferiores en el certamen, se defendió sin apelar a artilugios indignos. Se abroqueló prolijamente, con rigor táctico, con un planteo inabordable, con un sobrio arquero como Benaglio. Dentro de esa idea acorde al material disponible-disminuido por la deserción de Frei-no postergó la vía del contragolpe. En uno de ellos, extraño, tras el aprovechamiento de una pelota profunda y varias dudas, choques e imprecisiones españolas, uno de los chocolates suizos, el africano Gelson Fernandez, rubricó el resultado que a muchos soprendió -la televisión luego nos indicó la posición fuera de juego del moreno que sólo tenía a Piqué por detrás-.
España intentó por diferentes caminos pero la desesperación fue degradando su estilo y un remate imponente de Xavi Alonso que hizo temblar el arco de los blancos se convirtió en la emoción más prístina aunque bien pudo caer por una diferencia más amplia cuando Derdiyok, a fuerza de quiebres y fintas, con un remate de revés, hizo que la Jabulani besara uno de los postes de la valla de Casilla.
Dijo Jorge Rinaldi en la twistósfera.
Suiza hizo lo que pudo. Mucho orden y disciplina. Y en ningún momento, tuvo juego brusco. Ganó y le puso pimienta al grupo. España sigue teniendo el crédito pero que no le queda margen de error. Puede influir en los dos partidos que le restan.
Acotó Juan Pablo Varsky con un tweet.
Ningún equipo salió campeón tras perder su primer partido. Tres llegaron a la final: Alemania en el 82, Argentina en el 90, Italia en el 94.
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