martes, 15 de junio de 2010

EL BAFANAZO


Especialista en amargar dueños de casa, morochos para más datos, Uruguay consiguió un triunfo ante los locales por tres a cero. Fue una victoria de orfebrería, con una labor minuciosa, pensada y rematada en los momentos propicios con contundencia y practicidad.
Diego Forlán convirtió dos de los goles, uno de penal tras la expulsión del golero Itumeleng Khune -segundo guardavallas sancionado con una tarjeta roja en toda la historia de la Copa, falta extrema pero injusta puesto que Suárez se hallaba inhabilitado-, elaborando en Pretoria una actuación consagratoria reinventado por las necesidades de conjunto como volante de armado y despliegue, tirado atrás del endiablado Luis Suárez y Edison Cavani. Cachavacha fue, además, el primer jugador que rompió la singularidad goleadora.
La desazón sudafricana tiene el rictus de la preocupación porque su futuro en el grupo es exiguo. Con un solo punto en la canasta deberá esperar otros resultados y, en caso de tener chances matemáticas, definir con Francia.
Ni aún en los momentos de mayor dramatismo, cuando la fiesta decaía, hubo luto de vuvuzelas y una estela de silencio escoltando a los derrotados que marcharon temprano, antes de que sonara el silbato final.
La Celeste del Maestro Tabárez dio una zancada hacia la clasificación en el Grupo A.

Comparto un tweet -aunque lo parezca, no es el de Zaira Nara presente en la twistósfera y en en el estadio- de Daniel Tognetti.
Forlan, es un 10 moderno, vertical, solidario, con pegada, gol, despliegue y liderazgo. Argentina no tiene un jugador con todos esos atributos.

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