Un paraíso para los proletarios. Serbia sin historia puso de rodillas a la Alemania incisiva, técnica y ligera. Se defendió con severidad, salió de contra con profundidad en algunos momentos y caminó entre minas activadas con el paso seguro del que tiene mucho por ganar. Undiano Mallenco expulsó en el primer tiempo a Klose y privó a los teutones de un nuevo penal tras una clara falta a Mario Gómez. El otro, el que concedió, fue atajado por Stojlovic. Podolski no sólo dilapidó esa ocasión, tuvo varias para equilibrar el marcador. Lejos del brillo de la instancia inaugural fue quebrado por un equipo que administró correctamente su inferioridad y lo lastimó con una jugada dibujada en su manual: el gigante Zigic -ese Mario Pobersnik- bajó la fruta de la rama más alta para que Jovanovic a la carrera pulverizara a Neuer. Otro candidato apremiado por las matemáticas.
Diego Latorre definió con un tweet.
Alemania jugó un aceptable partido, a veces se pierde por situaciones fuera de la voluntad y del control. Por eso el fútbol es maravilloso.
Alemania jugó un aceptable partido, a veces se pierde por situaciones fuera de la voluntad y del control. Por eso el fútbol es maravilloso.
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