Cristiano Ronaldo se presentó en el juego con un extraordinaria maniobra con un remate soberbio que dio en el palo. Luego se ganó una amarilla y tuvo ochenta y ocho minutos de asueto. Le pesó llevar sobre los hombros el agente de marketing y se hizo invisible hasta para las que siguen a CR7 como si miraran la telenovela de las nueve de la noche.
Costa de Marfil fue apenas un ápice más que Portugal pero el cero consagra la insipidez de los dos, la excesiva cautela con que evitaron el error y pudiendo perder no quisieron ganar. Venció el miedo.
Drogba con su húmero en proceso de reposición tuvo veinticinco minutos y una entrada punzante que resolvió equivocadamente en el espejismo de un compañero mejor posicionado para el gol.
Los africanos no son improvisados. Demostraron que la inexperiencia histórica es una entelequia dada la competencia individual de sus hombres y el rodaje del entrenador Eriksson. Por lo visto, un dolor de muelas para la idea de progreso lusitano y la búsqueda de la estelaridad de Cristiano. Ronaldo, tal su costumbre, por ahora va con vueltas menos. Avanza hacia su objetivo en bicicleta.
Para broche comparto un tweet de Fernando Palomo, de ESPN:
Termina sin goles. Drogba arriesgó entrando. CR7, jugador Nike, fue quien mejor le pegó al balón adidas. Lo jugaron como una final.
Bonus tweet. Coincidencia extrema con Jorge Rinaldi, claro que el jugaba un poquito mejor que yo.
¿Quién elige el mejor jugador de cada partido? Blatter? Que pare con el vodka. Elegir a Ronaldo es irrespetuoso para todos los q lo miramos.
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